Cómo aislar una casa ya construida
En un mundo donde la eficiencia energética y el confort son primordiales, el aislamiento térmico en las viviendas desempeña un papel crucial en la reducción de la transferencia de calor entre el interior y el exterior de una casa. Este aspecto, además de mejorar la comodidad de los residentes, también contribuye significativamente a la disminución del consumo energético y, por ende, de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Las viviendas antiguas, construidas en épocas donde las normativas de aislamiento térmico eran más laxas, presentan numerosos puntos de fuga térmica. Estos puntos, que aparecen en áreas como ventanas, puertas y muros, entre otros, son áreas críticas donde se producen cambios térmicos que pueden afectar al interior. La falta de un aislamiento adecuado en estos puntos da lugar a pérdidas de calor en invierno y ganancias de calor en verano, lo que incrementa el uso de sistemas de calefacción y refrigeración.
En la actualidad, la rehabilitación energética de las viviendas se ha convertido en una necesidad urgente, pero, ¿es posible proteger estructuras edificadas? Te adelantamos que sí y, por eso, en este artículo te contamos cómo aislar una casa ya construida.
Solución para aislar casas y edificios ya construidos
El Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior (SATE) es la mejor solución para la rehabilitación de viviendas ya construidas. Este sistema consiste en la aplicación de capas aislantes en las fachadas exteriores del edificio, creando una envolvente térmica que minimiza las pérdidas y ganancias de calor. Entre sus numerosas ventajas, el SATE destaca por su capacidad para mejorar significativamente la eficiencia energética, alcanzando ahorros energéticos de hasta el 60%.
Una de las principales ventajas del SATE es que su instalación se realiza en el exterior del edificio, lo que significa que no interfiere con la vida interior de la vivienda. Esto es beneficioso en edificios construidos y habitados, donde cualquier trabajo de rehabilitación debe causar molestias posibles. Además, al ser una intervención externa, no reduce el espacio habitable dentro de la vivienda, lo cual es un factor importante en edificios con limitaciones de espacio.
Otra ventaja destacable del SATE es su capacidad para mejorar la estética de las fachadas. Este sistema permite la renovación y modernización del aspecto exterior del edificio, aportando un valor añadido tanto funcional como estético. Las fachadas pueden revestirse con acabados SATE y colores, rejuveneciendo el edificio y aumentando su valor en el mercado inmobiliario.
Tipos de aislantes para aislar viviendas
Dentro del sistema SATE existen diversos materiales que pueden ser utilizados para aislar una casa ya construida, cada uno con características y beneficios particulares. Entre ellos se encuentran:
- EPS (Poliestireno Expandido): Es un material ligero, económico y fácil de instalar. Tiene una capacidad de aislamiento térmico y resistente a la humedad.
- EPS Grafito: Similar al EPS, pero con la adición de grafito que mejora sus propiedades aislantes. Tiene un mejor rendimiento térmico en comparación con el EPS estándar.
- XPS (Poliestireno Extrusionado): Es más denso y resistente que el EPS. Ofrece una excelente capacidad de aislamiento térmico y es ideal para zonas con alta humedad o donde se requiere mayor resistencia mecánica.
- Lana de roca: Este material ofrece un excelente aislamiento térmico y acústico. Es resistente al fuego y a la humedad, y tiene propiedades de transpirabilidad, lo que ayuda a evitar la condensación dentro de las paredes.
Aspectos que considerar para proteger térmicamente una casa
Para lograr un aislamiento térmico efectivo, es fundamental considerar varios aspectos:
- Arreglar desperfectos: Antes de instalar el aislamiento, es crucial reparar cualquier desperfecto en la estructura del edificio, como grietas o humedades, que puedan comprometer la eficacia del aislamiento. Una vez instalado es fundamental realizar las comprobaciones pertinentes cada cierto tiempo y reparar los elementos que sea necesario.
- Aprovechar las horas de sol: Maximizar la exposición al sol en las partes de la vivienda que más lo necesitan puede contribuir al calentamiento natural y reducir la dependencia de sistemas de calefacción.
- Evitar el exceso de humedad: La humedad puede reducir la eficacia del aislamiento térmico. Es importante contar con sistemas de ventilación adecuados y utilizar materiales aislantes que sean resistentes a la humedad.
- Eliminar puentes térmicos: Identificar y reparar adecuadamente los puentes térmicos es esencial para evitar fugas térmicas.
- Ventanales de alta calidad: Instalar ventanas y puertas con buen aislamiento térmico y doble acristalamiento puede reducir significativamente las pérdidas de calor.
El aislamiento térmico es una necesidad imperativa, sea tanto en viviendas ya construidas como en obra nueva, para mejorar la eficiencia energética, reducir la emisión de CO2 a la atmósfera y aumentar el confort. Como hemos visto, el SATE destaca como la mejor alternativa para este tipo de actuaciones, ofreciendo múltiples ventajas sin perturbar la vida cotidiana de los residentes y mejorando la estética de las fachadas.
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