Aislamiento interior o exterior: ¿Cuál me interesa más?
A la hora de acometer una obra para mejorar la eficiencia energética de una construcción, es común que surja la duda sobre si optar por el aislamiento interior o exterior.
Se trata de dos opciones con sus propias ventajas e inconvenientes, que hemos querido recoger en esta breve guía.
¿Deberías aislar el exterior de tu casa u optar por opciones de aislamiento interior? ¿Cuándo es preferible una de las dos? ¿Debo combinar ambas? Analizamos sus pros y contras para ayudarte a escoger.
Aislamiento interior o exterior: ¿Por qué aislar térmicamente tu vivienda?
Tanto el aislamiento exterior o interior permiten acceder a una serie de ventajas a los inquilinos de un edificio:
- Mejora en la eficiencia en consumos para lograr habitabilidad y confort térmico: todos los estudios demuestran que gran parte de la energía consumida para lograr una temperatura adecuada en el interior de un edificio se pierde a través de los cerramientos. El aislamiento térmico de paredes exteriores e interiores (aunque en menor medida), permite no desperdiciar esa energía.
- Reducción en consumos y facturas: la eficiencia energética supone que los inquilinos pueden lograr temperaturas adecuadas con menores consumos de luz y gas. Aunque los ahorros varían en función de las características de cada proyecto, en el caso del Sistema SATE de Rhonatherm® es posible acceder a ahorros energéticos de hasta un 60% en las facturas.
- Menor impacto ambiental: El SATE contribuye a disminuir la emisión de gases de efecto invernadero, principalmente de CO2, por lo que nos ayuda a proteger el medio ambiente.
- Cumplimiento de la ley: diversas legislaciones en España están dirigidas a fomentar la aplicación de sistemas de aislamiento interior o exterior para limitar el consumo energético. Por ejemplo, es el caso del Código Técnico de Edificación vigente (2006), prevé que los edificios deberán disponer de una “envolvente térmica” que limite la demanda energética.
- Revalorización de un inmueble: el aislamiento exterior o interior permite mejorar los resultados en el certificado de eficiencia energética. De este modo, el inmueble presenta un mayor atractivo ante potenciales compradores o arrendatarios, mejorando su valor en el mercado.
En cualquier caso, una vez comprendida la importancia de este aislamiento, es común que surja una pregunta: ¿Qué es mejor, aislar por dentro o por fuera?
La realidad es que la mejor opción para un proyecto debe ser estudiada en base a sus características específicas.
Así, tanto el aislamiento interior y exterior buscan estabilizar la temperatura de una edificación de dos formas:
- En invierno, evitar pérdidas del calor suministrado por la calefacción.
- En verano, reduciendo la acumulación de calor.
Cualquiera de estos dos casos es más fácil de conseguir aplicando un sistema de aislamiento continuo por el exterior por varias razones. Analizamos por tanto los pros y contras de ambos casos.
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¿Qué es aislamiento interno?
El aislamiento interno supone la instalación de materiales aislantes en la fachada de una vivienda por su parte interior. Para ello, se suele optar por las siguientes opciones:
- Inyección de material aislante (celulosa, corcho o poliestireno extruido) en las cámaras de aire de las paredes, techos y/o suelos, en caso de ser posible.
- Instalación de paneles aislantes (siendo opciones óptimas materiales como EPS, EPS grafito, lana mineral, XPS o corcho natural). Se aplica aquí la misma lógica que en el aislamiento externo (que describimos más abajo), aunque con variaciones en las capas instaladas.
Pros y contras del aislamiento interno
Entre los pros del aislamiento interno destacan:
- Al realizar la obra desde el interior, la obra es menos costosa a nivel económico, más ágil y no requiere permisos de obras o instalación de andamiaje.
- Es posible acometer acciones para sanear muros.
Los contras del aislamiento interno incluyen:
- Esta acción no facilita la eliminación de puentes térmicos, ya que no logra un aislamiento uniforme y pasa por alto zonas problemáticas como forjados, pilares, huecos de ventanas o vigas en fachadas desde las que se escapa (o entra) el calor. Estos puntos, además, son también fuente de condensaciones.
- No permite incrementar la inercia térmica. A diferencia del aislamiento exterior de una casa, los sistemas interiores no pueden incorporar la instalación de materiales que aprovechen la inercia térmica, es decir, que guarden el calor o el frío permitiendo una regulación uniforme de la temperatura.
- No aportan protección contra los elementos. Al no cubrir el cerramiento exterior, el aislamiento interior redunda en problemas de durabilidad del edificio (pues la fachada se mantiene expuesta a elementos externos). Igualmente, el sistema interior no aporta el extra de seguridad que sí permite el aislamiento externo, de modo que la lluvia y otros elementos siguen amenazando con la aparición de grietas, fisuras y problemas de seguridad estructural.
- Además, incorporar paneles aislantes interiores se resta espacio de habitabilidad, lo cuál es especialmente significativo en viviendas pequeñas.
¿Qué es aislamiento externo?
El aislamiento térmico paredes exteriores (conocido como SATE o Sistema de Aislamiento Térmico Exterior) consiste en la instalación de diversos aislantes que revisten por el exterior la fachada de una vivienda.
Se trata de un sistema multicapa:
- Se incorporan diferentes tipos de paneles aislantes exteriores para fachadas (EPS, XPS, Lana de roca, corcho natural)
- Mortero adhesivo y mortero de refuerzo
- Malla de refuerzo
- Fijaciones mecánica
- Imprimación
- Revestimiento decorativo acrílico, que aporta diferentes estéticas (texturas, colores…)
Pros y contras del aislamiento externo
Entre los pros del aislamiento externo se encuentran:
- En invierno, mejora la inercia térmica de los cerramientos. El SATE, al ser colocado en el exterior, permite estabilizar las temperaturas interiores ya que absorbe y acumula calor, devolviéndolo al interior en los momentos más fríos del día.
- En verano, aporta las ventajas de reflectividad y emisividad: el aislante exterior de una casa permite emplear materiales que reflejan la radiación solar y después liberan el calor acumulado, funcionando a modo de escudo exterior.
- Eliminación de puentes térmicos, ya que el edificio queda aislado térmicamente de forma uniforme.
- Las obras no suponen grandes perturbaciones para la vida de los inquilinos, pues se realizan por el exterior.
- El aislamiento exterior de una casa no reduce la superficie habitable de su interior.
- Aporta una protección extra al edificio frente a elementos externos, protegiendo la estructura ante riesgos como la carbonatación, humedades, condensaciones, dilataciones, contracciones o grietas y fisuras.
- Permite la renovación estética del exterior de un edificio.
- Es el sistema más eficiente y está actualmente siendo apoyado por multitud de ayudas para la rehabilitación de fachadas.
Por otro lado, la principal desventaja del SATE está vinculada a la necesidad de realizar actuaciones en fachada: se requerirá de permisos de obra, andamiaje y el consenso de todos los vecinos de un edificio.
Aislamiento exterior e interior: ¿Cuál es mejor?
En vista a los pros y contras explicados, la conclusión es que, aunque permite mejorar la eficiencia energética de una construcción, el aislamiento interior no supone una solución completa de aislamiento.
De este modo, esta opción solo es adecuada en casos en que no es posible realizar un aislamiento exterior, por diversos motivos:
– Se trata de un edificio histórico en el que no se puede modificar la fachada
– Las superficies externas del edificio son muy complejas
– Aparecen dificultades porque existen paredes cercanas a la fachada
– No se ha logrado el consenso de todos los vecinos para el aislamiento externo
Así, la solución más recomendable y completa es optar por el refuerzo aislante del exterior de la casa, accediendo a todas las ventajas mencionadas más arriba. Esta acción, a su vez, se beneficiará de la modernización y cambio en las ventanas de la construcción, en vistas a eliminar más puntos problemáticos a nivel térmico.
Recomendación Rhonatherm® para el aislamiento de tu vivienda
El sistema de aislamiento exterior de Rhonatherm® supone la aplicación de lo último en tecnología alrededor de la eficiencia energética para el aislamiento de viviendas.
SATE Rhonatherm® está orientado a mejorar el confort térmico y minimizar el consumo de energía, logrando viviendas más sostenibles y facturas energéticas más económicas.
Entre las ventajas del Sistema SATE Rhonatherm® destacan:
- Fácil montaje exterior
- Utilización de materiales de alta calidad
- Diseño e implementación completamente integral y compatible, desde la capa de aislamiento hasta el revestimiento exterior
- Sistema con todas las certificaciones, evaluaciones técnicas y controles de calidad internos y externos
- Posibilidad de diferentes acabados, incluyendo una amplia gama de texturas y colores para conseguir un excelente acabado estético (arcos, molduras, cornisas, etc.)
- Acceso a la experiencia y conocimientos del equipo de especialistas en sistemas de aislamiento de Rhonatherm®, que ofrecen un asesoramiento íntegro a profesionales, prescriptores, técnicos y particulares en todas las fases de un proyecto (desarrollo, instalación, post-venta…)
Existe asimismo la posibilidad de contar con nuestro centro de formación en sistemas de aislamiento térmico, desde el que se imparten cursos de formación sobre el Sistema SATE Rhonatherm®, contando con un certificado y programa exclusivos.
¿Quieres más información sobre cómo elegir entre el aislamiento interior o exterior de tu vivienda y cómo cometerlo de acuerdo a las necesidades de tu proyecto? Descarga de forma gratuita nuestro catálogo técnico, o ponte en contacto con nuestro equipo rellenando este formulario o llamando al 96 164 00 01.